Se trata de un frasco de plástico lleno de agua, pegamento y purpurina que se utiliza en momentos de pena, llanto, rabia o estrés. Simplemente consiste en agitarlo para que el niño/a se distraiga con el brillo y las formas. Ello le calmará enfocando su atención en el frasco.
No sólo sirve para calmar una rabieta, sino que funciona a largo plazo. Poco a poco se irá haciendo más consciente de su respiración. Cada vez que se sienta nervioso o estresado cogerá el frasco para despejar su mente mediante ejercicios de respiración y concentración. Terminará adorando al frasco de la calma.
Importante: No considerar este método como castigo, sino como una terapia que ayuda a superar la frustración.
MATERIALES:
- Frasco de plástico (o vidrio)
- 1 o 2 cucharadas de pegamento con purpurina
- 3 o 4 cucharadas de purpurina de color
- 1 gota de colorante para comida
- Agua caliente
- Champú para niños transparente
- Pistola de silicona
¿CÓMO SE HACE?
- Mezclar todos los materiales dentro del frasco, dejando un hueco de aire para que haya movimiento.
- Se pueden incluir también juguetes.
- Pegar la tapa del frasco con silicona

No hay comentarios:
Publicar un comentario